26 de junio 2023
1 corintios 13:4-5 “El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas”.
Tan importante es el amor en el mensaje de Dios, que está presente en toda la biblia. Tiene hasta un capítulo exclusivamente dedicado para darnos a entender lo grandioso que es, y con ello podemos ver, lamentablemente, lo alejado que estamos con nuestras propias definiciones del amor. Si lográramos aprendernos quizás un solo versículo de este capítulo, y lo pusiéramos en práctica, probablemente no nos enojaríamos por los pequeños errores de los demás, no miraríamos nuestra necesidad antes que la del otro, anhelaríamos ponernos al último en la fila, y colocaríamos la otra mejilla ante las ofensas grandes o pequeñas que todos los días nos afectan tanto. Hemos olvidado nuestro mandamiento, y con ello también entorpecemos nuestra relación con nuestro Padre. Nos hemos orientado sólo a lo que nos conviene o nos gusta, y exigimos que el mundo sea como nosotros queremos que sea, más bien dicho, como nos acomoda. Quizás si aceptáramos más nuestras diferencias podríamos valorar más a nuestro hermano/a, podríamos aprender de los demás, y aceptar también mejor las correcciones. El amor es poderoso, y Cristo nos invita a tener ese poder en nuestra vida, podremos ver la vida distinta y entregar a otros de lo que hemos recibido. Podremos sobrellevar mejor las cosas, quitarnos la carga de la molestia y la incomodidad, dejar de lado los egos y afanes que nos perturban y nos dañan. Podremos renovar nuestras fuerzas y bendecir a otros. No nos olvidemos que su amor nos salvó, y que el estar en su regazo hoy también es por amor. Miremos en nuestro interior, atesoremos su palabra y pongámosla en acción, necesitamos más de ese amor en lo cotidiano, y quienes aún no lo conocen podrían recibir el amor de Cristo por medio de un gesto o una palabra suya, y enamorarse de Cristo, tal como nos sucedió a nosotros un día.
Señor, muéstranos como amar, queremos entregar a otros lo que Tú nos has dado, perdonar como nos perdonaste un día, ayúdanos a olvidar las ofensas y anhelar amar como Tú lo hiciste; necesitamos tanto de ti, cambia nuestra forma de ver, de sentir, y de actuar, no queremos seguir amando con nuestras propias definiciones, ayúdanos a vivir ese amor y poder entregarlo a otros para que ellos también te conozcan, te lo rogamos en el nombre de Jesús.
Amados, amadas que la gracia del Señor nos permita seguir: “Creando Puentes” de amor y perdón en Cristo.
Punto de reflexión
¿Qué lo hace enojar de otros?
¿Qué siente que debe cambiar en su forma de ver a los demás?
Su palabra hoy nos invita a cambiar, a poder amar distinto, y a hacerlo mejor.
Que el Señor te bendiga. Paulette Díaz
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