No te afanes por seguir tu corazón
05 de Octubre del 2023
Salmo 84: 5-6 “Dichosos los que habitan en tu templo y sin cesar te alaban.
Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que de corazón camina por tus sendas”.
Una frase muy común por estos tiempos es: “Has lo que te haga feliz o lo que de dicte tu corazón”. En este salmo, el autor sostiene que la dicha o la felicidad no está en hacer lo que nos dicte el corazón, sino en dos grandes verdades: La primera es el estar en la presencia de Dios, y alabarle siempre; y la segunda es encontrar en Dios nuestra fortaleza y que nuestros corazones estén alineados en sus sendas.
El salmista anhela con su alma, en los primeros versos de este mismo salmo, estar en la casa de Dios; lugar donde ellos se encontraban con su presencia y no cabe duda que hoy podemos disfrutar de la presencia de Dios donde quiera que estemos porque mora en nosotros por medio del Espíritu Santo; pero debemos alabarle en todo momento y en todo lugar, así como también poner en Dios nuestras debilidades y nuestras flaquezas, rindiendo nuestro corazón para que se alinea a los planes perfectos del señor; porque no hay otra manera de encontrar la verdadera dicha y felicidad, puesto que la “Felicidad” que el mundo ofrece es solo temporal y muy pasajera.
Padre gracias por la bendición de ser sus hijos, y por el privilegio de ser morada de su presencia; queremos, el igual que el salmista, anhelar alabarle sin cesar y andar por sus sendas de justicia y los caminos de bien. Muchas gracias por ser nuestra fuente de protección y fuerza, y la roca en la cual estamos firmes y seguros.
Amados hermanos que la gracia de nuestro Señor Jesucristo nos permita seguir Creando Puentes de bienaventuranzas hacia aquellos que hoy no le conocen, mediante su presencia que habita en nosotros y de la cual somos portadores solo por la gracia y el favor del Señor Jesús.
Punto de reflexión:
¿Has buscado dicha o felicidad en algo o alguien que en algún momento te han fallado? déjame decirte que Dios jamás lo hará. Te invito hoy a depositar en el Señor tus penas, tus angustias, tus tristezas, tus preocupaciones y a llenarte de esa verdadera felicidad que solo Él puede darnos y que perdura aún en medio de la adversidad.
Que el Señor les bendiga (Mercedes Cobeña)
