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Pensamientos puestos en Cristo

10 de Octubre del 2023


Santiago 1:19 “Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse”.


Si hay algo difícil de someter, son nuestros pensamientos; no podemos pasar más de 30 minutos concentrados voluntariamente. Más difícil es cuando estos pensamientos nos vienen como respuesta instintiva. Y así, instintiva, es nuestra forma de enfrentar el día a día en un mundo que se encuentra en constante disputa por todo. Nos hemos acostumbrado tanto a defendernos que habitualmente asumimos que todos nos quieren dañar y, en ocasiones, en forma de defensa y en otras de modo inconsciente es lo primero que sale, vaciado el contenido de “nuestro vaso” de la tolerancia, volteando respuestas llenas de ira, y completamente en una actitud humana; no medimos, si eso podría ayudar en algo al otro, menos si eso pudiera ser significativamente difícil de recibir por la otra persona.

Cuando Pedro se encuentra frente a los guardias que se acercaron para aprehender a Jesús, vació lo que había en su vaso, guiado por un instinto de protección hacia su amado Maestro, lanzando una espada contra uno de los guardias, haciéndole daño en su oreja. No pensó, sólo actuó y las consecuencias podrían haber sido nefastas sino hubiese sido Cristo quien estaba ahí para interceder por él, y reducir las consecuencias de su acción, Cristo lo sabía y también fue la oportunidad para que otro viera quien era realmente. Hoy Él también actúa en nuestros errores y por misericordia también atenúa los efectos de nuestros exabruptos, pero no es precisamente donde nos debemos quedar ni lo que debemos hacer, no podemos poner a prueba que Él puede utilizar nuestras faltas para mostrar su poder y su bendición, debemos aprender a someter esos sentimientos que dañan y perjudican a otros.


La mejor forma de controlarnos es estar en comunión con Él desde el comienzo de nuestro día; sabemos que sería maravilloso que nuestro carácter fuera suave y dócil, pero no lo es, y al igual que Pedro debemos conocer nuestra naturaleza y ponerla a disposición ante Dios para que trabaje por medio de Su Espíritu en nosotros, y que nos permita tomar esa pausa necesaria para ser consecuentes con lo que habla a nuestro corazón, la reflexión de su consejo y finalmente que podamos actuar conforme a Su voluntad.


Amado Dios, gracias por amarnos, y gracias por corregir nuestra naturaleza, por moldear lo que nosotros jamás seremos capaces de modificar, te rogamos que nuestras faltas dañen a otros, y que nuestro testimonio muestre Tu bondad y amor por la humanidad, no queremos ser una piedra de tropiezo para quienes no te conocen, por el contrario queremos ser una luz dondequiera que estemos y bendecir a otros como Tú nos bendices cada día, te lo pedimos en el nombre de Jesús.


Amados, amadas que la gracia del Señor nos permita seguir: “Creando Puentes” de obediencia en Cristo


Punto de reflexión


¿Qué situaciones le hacen perder la paciencia hacia otros? ¿Ha meditado en cómo someter esos momentos difíciles a Cristo?


Que el Señor te bendiga. (Paulette Díaz)



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