Él conoce nuestras luchas

Hebreos 2:18 “Porque Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”.

El Señor Jesús fue probado, no sólo por cuarenta días en el desierto, sino también durante toda su vida ministerial, principalmente por las autoridades religiosas que se encargaron de seguirle, donde quiera que Él iba, para confrontarlo, por temor a perder sus lugares de privilegio, ante la amenaza que, según ellos, representaban las enseñanzas de Jesús. Por eso, cuando declaramos que estamos siendo tentados, queremos decir que tenemos la oportunidad de cometer pecado, y que podemos hacerlo. Cuando pasamos por una oportunidad como esa, sabemos que estamos frente a una prueba. El Señor nunca tuvo el deseo de pecar, como nos sucede a nosotros. Durante cuarenta días de ayuno, en el desierto, tuvo hambre, y satanás lo tienta diciendo: “Di que estas piedras se conviertan en pan”. Podría haber hecho ese milagro pero no lo hizo. Él no cedió a la tentación porque era necesario probar quien decía ser: Dios manifestado en cuerpo humano. Como sostiene el escritor de Hebreos: “ Pues en cuanto mismo el padeció siendo tentado en todo, es poderoso para socorrer a los que son tentados”. La palabra socorrer significa, acudir en ayuda de alguien.

Señor, muchas gracias porque Ud vivió toda situación delicada que nosotros podamos enfrentar; y fue aún más allá, a entregar su vida por nosotros. Gracias porque sabe como nos sentimos en esos momentos límites de nuestra vida y, de allí nos rescata con el poder de su gracia.

Amados, amadas que la gracia del Señor nos permita seguir: “Creando Puentes” de confianza en su poderoso cuidado.

Para reflexionar

¿Tienes identificadas las variadas tentaciones que día a día enfrenta?

¿Acude en oración y confesión, ante el Señor, para ser librado o librada de esas pruebas

Recuerda: Jesús no vino para ayudar a los ángeles sino, para sostenernos a nosotros en medio de las pruebas.

El Señor te Bendiga. (José Mazurett)