top of page

Invitar a Cristo a la mesa

29 de Diciembre del 2023


 Salmo 23:5 “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.”.  

 

El salmo 23 es leído y utilizado en momentos de tribulación tanto entre cristianos como entre personas que no conocen a Dios. Es una declaración de tranquilidad en medio de la angustia. David describe con énfasis como se sentía protegido en la presencia de Dios, ejemplificando con el acceso a la abundancia frente a sus enemigos, y el reconocimiento por medio de la unción con aceite, finalizando con una copa llena y rebosante. La búsqueda de la protección y la paz de Dios habitualmente vienen posterior a situaciones difíciles.

 

Existen algunas donde somos nosotros mismos los que nos colocamos en escenarios complejos, elecciones que nos generan conflictos y entorpecen nuestro caminar, nos frenamos, y por si fuera poco pareciera que invitamos amablemente a la mesa que teníamos segura y plena, a nuestros enemigos. Estos nos debilitan, nos hacen dudar, y nos engañan haciéndonos creer que Cristo no es suficiente, que se aleja de nosotros o que nos rechaza. Cuando las situaciones y los pensamientos nos inquietan y no nos permiten avanzar confiados, es muy probable que nuestro invitado a comer no sea Cristo.

 

 Las alertas siempre deben estar encendidas para evitar que lleguen invitados que no queremos recibir, o que simplemente no edifican nuestra relación con Dios, si hay alguien a quien debemos querer siempre como comensal debe ser a Cristo, y dejar de conformarnos con la vergüenza, con la persecución, y con las mentiras del enemigo. Evaluemos en nuestro diario vivir con quien nos sentamos a compartir,  y observemos  que, cuantas veces nuestros problemas no los resolvemos sentados con nuestro Padre, si no que, recurrimos a nuestras fuerzas y damos paso a un invitado que no debe ocupar el espacio que Cristo debe liderar. Dispongámonos a que Él coloque orden donde no lo hay, que sea su voluntad la que dirija nuestra vida y que ocupe Su lugar para siempre.

 

Señor, gracias por ser quien gobierna nuestras vidas pese a nuestra torpeza, tantas veces dejamos que otras cosas o circunstancias ocupen tu lugar, queremos estar siempre sentados junto a ti, y anhelamos permanecer siempre bajo tu cuidado y protección, ayúdanos a serte fieles y no alejarnos de tu presencia, lo pedimos en tu nombre Jesús. Amén

 

Amados, amadas que la gracia del Señor nos permita seguir: “Creando Puentes” de paz en Cristo

 

Punto de reflexión

 

¿Qué invitados estamos recibiendo a diario que ocupan el puesto de Cristo?

 

El único que puede darnos la seguridad y protección que necesitamos es Cristo, dejemos que sea Él quien llene nuestra copa.

 

Que el Señor te bendiga (Paulette Díaz)





66 visualizaciones1 comentario

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page