Salmo 27:14 “Pon tu confianza en Dios. ¡Sí, pon tu confianza en él”
Este salmo es una montaña rusa de emociones. En él su autor expresa alabanza, valentía, confianza en el Señor, y un anhelo apasionado de estar junto a él todo el tiempo, declarando: “Yo confío en qué veré la voluntad del Señor mientras estoy aquí en la tierra”. Pero luego, viene el temor que el Señor se esconda, que se enoje contra él y a presentar un ruego para no ser abandonado. Al decir: “Me acusan de cosas que nunca hice y me amenazan con violencia ”¿Cómo podemos comprender tal contradicción? ¿Cómo podemos aceptarla? ¿Si lleva su adoración y sus dudas, su certeza y sus temores en oración a Dios en quién ha depositado toda su fe?
El ánimo y vigor para sobreponerse al desaliento David lo encontró en Dios, y aunque tuvo que esperar su intervención, siempre sintió su presencia; por eso no sucumbió cuando emocionalmente, el desaliento se hizo presente en su vida por las diversas circunstancias que tuvo que enfrentar; en ese momento acudieron a su mente estas palabras de aliento: “Hubiera yo desmayado, sino creyese que veré la bondad de Jehová”
Eterno Dios, muchas gracias por entender nuestras emociones; por librarnos de nuestros propios pensamientos y direccionar nuestra mirada de fe hacia un Dios que todo lo puede y nos ama a pesar de nuestra precaria condición.
Amados, amadas que la gracia del Señor nos permita seguir: “Creando Puentes” de confianza en nuestro Dios.
Algunos puntos de reflexión
1.- ¿Cómo reaccionas cuando las dudas, el temor y la angustia se apoderan de ti?
2.- ¿Cuándo llega la anhelada respuesta, tienes palabras de alabanza y gratitud al Señor?
3.- Dios es soberano y mantiene pleno control de todo lo que enfrentas.
Cualquiera sea la situación que enfrentes, no dudes ni un momento en la fidelidad de Dios.
Que el Señor te bendiga. (José Mazurett)
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