27 de Septiembre del 2023
2 Corintios 10:4 “Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”.
Las armas que usa el mundo como instrumentos de destrucción son variadas, dentro de las que se encuentran: calumnias, agresiones, mentiras, engaños, todo tipo de manipulaciones, astucias etc. Esas armas pueden ganar una batalla temporalmente pero nunca la guerra espiritual. Para destruir esas fortalezas, necesitamos armas con poder divino, que solo están disponibles para los creyentes. Entendiendo por fortalezas: Una mente dominada por la desesperanza que nos hace aceptar como verdadero todo aquello que es contrario a la voluntad de Dios. Es de importancia vital identificar aquellas áreas sobre las cuales puede tener control el enemigo, porque, nos encontramos en una guerra permanente. Si miramos el sufrimiento a nuestro alrededor podemos pensar que las batallas se producen en lo externo, pero en realidad están sucediendo internamente, en nuestra mente. Todo lo que ocupe nuestros pensamientos afectará también cada una de nuestras decisiones. Somo seres humanos, pero, nuestras luchas las sostenemos con las armas poderosas de nuestro Dios, para destruir las fortalezas del enemigo.
Dios amado, rechazamos todo pensamiento persistente, toda sospecha, cada duda y miedo que nos acecha y que pueden causar derrota y devastación en nuestra vida; por fe nos aferramos a su verdad que nos trae victoria y alegría.
Amados, amadas que la gracia del Señor nos permita seguir: “Creando Puentes” de victoria en el Señor.
Para meditar
Ante los arteros ataques de Satanás: ¿Se dispone a enfrentarlo con sus fueras o acude a las armas espirituales que nos entrega el Señor?
¿Esta su línea de pensamientos, influenciada por el temor y la derrota que, insistentemente, el enemigo quiere transmitir?
Recuerde que, nuestras armas son poderosas en Dios, y no hay fortaleza diabólica que puedan hacerle frente.
El Señor le bendiga. (José Mazurett)
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