La llenura del Espíritu

25 de julio 2023

Hechos 10:45 “Se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo”.

El apóstol Pedro se encontraba orando en un lugar alto cuando recibe una revelación de parte del Señor, que le enseñó que Dios no hace acepción de personas cualquiera que sea nuestra condición. El momento de la salvación no es necesariamente cuando levantamos la mano o pasamos al altar por una invitación de un predicador, sino que se produce cuando rendimos todo nuestro ser a Dios y confesamos, con sinceridad de corazón, a Jesucristo como Señor y salvador.

El contexto del versículo de hoy nos muestra cuando el Espíritu Santo interrumpe el sermón de Pedro, entregando su presencia renovadora en los corazones de todos los oyentes, que procedían de diversos lugares geográficos y las lenguas repartidas en los creyentes les permitían recibir, en su idioma, la Palabra de Dios, por eso, la invitación del Señor es que nosotros multipliquemos ese regalo en aquellos que no tienen a Cristo en sus vidas. La paz y el gozo de sabernos amados por el Padre nos produce una sensación emocionante de gratitud que nos impulsa a compartirlo, reconociendo que es solamente por su gracia.

Señor amado, confesamos que Ud obra de acuerdo a sus eternos propósitos y que no hace acepción de personas. Le damos gracias por adoptarnos como sus hijos, lo que nos permite, valorar en todo lo que significa, el precioso regalo de su Espíritu en nuestras vidas.

Amados, amadas que la gracia del Señor nos permita seguir: “Creando Puentes” de gracia con aquellos que no conocen a Jesucristo.

Preguntas para reflexionar.

¿Es su vida de creyente, o discípulo del Señor, un reflejo de su presencia cada día?

¿Es un buscador o buscadora incansable del privilegio de ser depositario, por gracia, del don del Espíritu del Cristo resucitado?

Considere que, no es por nuestros méritos, que podemos experimentar la presencia de Dios, la llenura permanente, de su Espíritu, nos nutre y capacita para alcanzar a los demás.

Que el Señor le bendiga. (José Mazurett)