21 de agosto 2023
Santiago 1:13 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”
Adán y Eva fueron tentados en el huerto del edén, no por Dios, sino por el diablo, y su gran estrategia siempre es poner nuestro enfoque y nuestra atención en aquello que no tenemos, o de aquello que tenemos necesidad, su gran especialidad es el engaño, cambiando mentiras y transformarlas en falsas verdades, como la de “ No morirás”.
A Jesús en el desierto le tentó para usar su poder y transformar piedras en pan, le propuso tirarse del pináculo del templo para ser aclamado y todos los tesoros de la tierra si le adoraba; a la autosatisfacción personal que de una u otra manera esta humanidad nuestra persigue es hacia donde nos nueve a llegar. Así mismo una y otra vez el enemigo, llama nuestra atención enfocándonos en aquello que anhelamos, desenfocándonos absolutamente de todo lo hermoso que el Señor nos ha provisto y de lo que ya disfrutamos.
Eso que el Señor nos dice: no hagas, no vallas, no digas… es lo que él nos dice ¿Y por qué no? Se vale de las debilidades y vulnerabilidades de las que sufrimos, atacando las mentes y generando dudas de lo que Dios en su palabra nos demanda “Al Señor tu Dios adorarás y solo a él servirás”.
¡No somos tentados de parte de Dios, la tentación viene del diablo!
Padre bueno gracias por estar presente en todo momento y en todo lugar, muchas gracias por guardarnos de toda tentación que viene de parte del enemigo, gracias porque no estamos solos y nunca nos dejarás ser tentados más de lo que podemos soportar.
Amados hermanos que la gracia de Señor Jesucristo nos permita Seguir Creando Puentes de seguridad en la gracia y su perdón aun cuando hemos caído en la tentación y podamos volvemos de corazón a sus pies.
Punto de reflexión:
¿Cuántas veces caímos en el error de pensar que Dios nos ha puesto una tentación y que incluso es tan grande que no la pudimos resistir? y lo culpamos, nos enojamos y hasta nos alejamos de él, pero el Señor es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda nuestra maldad si nos arrepentimos de verdad.
Que Dios les bendiga. (Mercedes Cobeña)

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